¿Débito o Crédito?

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Ésta época de crisis, de vacas flacas, de aumento del desempleo, ha llevado a muchos hogares españoles a replantearse las estrategias que emplean a la hora de pagar sus cuentas y enfrentar gastos adicionales.

Las dificultades económicas, y el mayor control de los gastos que manejamos cuando efectuamos los pagos en efectivo, han hecho que muchas familias dejen un poco de lado el consumo con sus tarjetas de crédito y opten por pagar con débito.

Sin embargo, aunque este comportamiento parece sensato, muchas veces pagar utilizando la tarjeta de crédito es la mejor opción. A continuación veremos cuáles son esos casos… cuando utilizar la tarjeta de crédito es mejor que pagar a débito.

Al cargar gasolina: utilizar la tarjeta de crédito para repostar el tanque, es una muy interesante forma de ahorrarnos unos euros. Muchas entidades ofrecen muy buenos descuentos sobre los importes que gastamos en la red de estaciones de servicio, tanto en combustibles como en las compras efectuadas en sus dependencias y abonamos con nuestra tarjeta de crédito. (Ver Descuentos en Combustibles). Por el contrario, son muy pocas las entidades que vinculan un programa de descuentos en combustibles a sus tarjetas de débito. A modo ejemplificativo sólo podemos mencionar el descuento del 2% que Caixa Galicia efectúa en las estaciones GALP con su tarjeta de débito, frente al 5% que vincula a sus pagos con tarjeta de crédito.

Al Hospedarse en un hotel o rentar un coche: la mecánica de las reservas hoteleras, así como cuando rentamos un coche, es la de solicitarnos los datos de un “plástico” como garantía. Asegurar un auto o un hotel con una tarjeta de débito, puede provocar que el vendedor paralice nuestra cuenta bancaria por la suma máxima que estima que podemos gastar. Esta situación se complica aún más al rentar un auto como consecuencia de las coberturas por incidentes o daños. Para evitar tener cientos o miles de euros congelados por días, lo mejor es utilizar la tarjeta de crédito en estos casos.

Al planear efectuar una compra “grande”: las medidas de seguridad, así como los seguros que se vinculan a las tarjetas de crédito ofrecen las mayores protecciones, a la hora de efectuar compras de montos significativos. En primer lugar, las tarjetas de crédito, brindar una mayor cobertura antifraude. La tarjeta de débito, si bien puede estar protegida, al efectuar el pago, el dinero desaparece automáticamente de la cuenta y para recuperarlo si bien el banco va a ayudar, no hay garantías. En segundo lugar, muchas veces, la mercadería que compramos no es lo que nos prometieron o bien hay problemas con la entrega. En estos casos, la posibilidad que nos brinda la tarjeta de crédito de bloquear el pago, resulta de suma utilidad hasta que se resuelve el conflicto.

Al buscar beneficiarse con descuentos o programas de recompensa: en la actualidad, son muchas las entidades que premian a sus clientes por utilizar sus tarjetas. Sin embargo, queda claro para todos los usuarios, que ni los descuentos ni las recompensas que se ofrecen vinculadas a las tarjetas de débito se igualan o siquiera se comparan con las que provienen que las tarjetas de crédito.

Es por ello, que aunque el débito constituye un método eficaz para no perder el control de nuestros gastos, el utilizar la tarjeta de crédito también tiene muchas ventajas. Lo importante es saber mantener el control y pagar a tiempo el resumen.

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