¿Merecen la pena las tarjetas sin banco?

La aparición en los últimos años de numerosas ofertas de tarjetas sin banco, ha generado un panorama nuevo en el que, las aplicaciones móviles, las cuentas sin banco y las tarjetas vinculadas estas cuentas han cobrado especial relevancia, más entre usuarios jóvenes, pero, desplegándose a otros perfiles.

MEJORES TARJETAS DE CREDITO SIN CAMBIAR DE BANCO

En general, las tarjetas sin banco son productos financieros ofrecidos por entidades Fintech, que suelen proponer un conjunto de servicios unidos en el que una aplicación móvil, una cuenta bancaria propia con IBAN que permita operar en el ámbito europeo, y una tarjeta de débito son las principales herramientas.

Por qué están teniendo éxito en las tarjetas sin banco

Uno de los motivos importantes que debemos entender es que las tarjetas sin banco, o las aplicaciones móviles de tarjetas y cuentas, han venido para cubrir un hueco interesante en el que, muchas personas se veían en riesgo de exclusión financiera, con dificultad de acceso a cuentas bancarias o a tarjetas de débito.

Si bien es cierto que esto no llega al nivel de productos como la cuenta Nickel, mucho más orientada precisamente a la inclusión financiera, este es uno de los motivos por el que muchas personas eligen este tipo de operativas. Aunque, hay que tener en cuenta, que cada vez en mayor medida estos productos se asocian con el respaldo de entidades bancarias. Ya que, uno de los problemas, como veremos, es la falta de respaldo a la hora de la protección de los depósitos.

Por otro lado, se trata de herramientas sencillas, de uso rápido, cómodas, y muy en la línea de hacia dónde se mueve todo el producto tecnológico en la actualidad.

Qué ofrecen las tarjetas sin banco

En general las tarjetas sin banco van a ofrecer servicios básicos que se fundamentan en los principios de cualquier tarjeta de débito. La cuestión es que, para poder utilizarlos, será necesario que la cuenta asociada tenga saldo. Por lo tanto, esta cuenta debe ser alimentada.

En general, las operaciones podrán ser las habituales, pago por Internet, pago en comercios, y extracción de dinero. Hay que tener en cuenta que muchas de estas tarjetas aplican limitaciones importantes a la retirada de dinero en metálico. De esta manera, encontramos tarjetas que no permiten sacar más de 300 € mensuales, aunque si realizar gastos ilimitados siempre que sean en compras o compras por Internet y que la tarjeta disponga del saldo en cuenta.

Por otro lado, las cuentas asociadas, también suelen permitir transferencias y envíos, aunque, no en todos los casos, (de hecho, en pocos) domiciliaciones.

¿Merecen la pena las tarjetas sin banco?

En principio no se trata de un producto que pueda competir hoy en día de tú a tú con las tarjetas bancarias, estas, son más flexibles, tienen un mayor respaldo, y, desde el punto de vista del cliente medio ofrecen mayor seguridad en cuanto, precisamente, a la garantía que los fondos encuentran cubiertos por el FGD, algo que no ocurre con la mayoría de tarjetas sin banco.

Desde un punto de vista práctico, son un producto para eludir algunos costes, aunque, también aplican costes, y son un producto en cuanto a suelen generar un cambio de divisa automático a buen precio.

Sin embargo, es un segmento que, aun creciendo, parece todavía lejano a su máximo desarrollo. Sin duda, las tarjetas sin banco serán un actor importante en los próximos años dentro de nuestras finanzas personales, pero aún, en competencia con las tarjetas bancarias, están lejos de poder disputar un gran espacio de mercado.