Puede que no lo hayas oído aún, pero es importante: Hacienda va a empezar a recibir información de tus pagos con tarjeta a partir de 2026, siempre que en 2025 hayas superado un determinado umbral. ¿Cuánto? Pues si a lo largo del año gastas más de 25 000 euros con cualquier tarjeta —crédito, débito o prepago—, el banco tendrá que informar a la Agencia Tributaria de todos esos movimientos.

No vas a tener que hacer nada tú directamente. No habrá que presentar una declaración nueva, ni dar explicaciones por adelantado. Serán las entidades bancarias las que remitirán toda la información a Hacienda. Pero claro, esto abre una nueva etapa en el control fiscal de los pagos electrónicos, y conviene que entiendas bien qué significa y cómo puede afectarte.
Qué es lo que Hacienda quiere saber
A partir del 1 de enero de 2026, los bancos enviarán a Hacienda un resumen anual de los pagos con tarjeta realizados durante 2025 por cada titular que supere los 25 000 euros. Da igual si usas una tarjeta personal o de empresa, o si haces compras online o físicas: todo lo que pagues con tarjeta cuenta. Y no se trata solo del gasto total, sino también del número de operaciones, el tipo de establecimiento y los datos asociados al titular.
Eso sí, si tus pagos no alcanzan ese umbral, no estarás dentro del control. Al menos de momento. Aunque, como ya está pasando con otros sistemas de pago como Bizum, no se descarta que el seguimiento se amplíe en el futuro. De momento, se centran en detectar perfiles de gasto altos, sobre todo en contextos donde pueda haber fraude o movimientos fuera del radar habitual.
Por qué ahora y qué persigue Hacienda
Esta medida no es casualidad. En los últimos años, los pagos en efectivo han bajado drásticamente y las tarjetas se han convertido en el medio principal de pago para millones de personas. Y claro, Hacienda no quiere quedarse atrás. El objetivo no es perseguir al ciudadano medio, sino mejorar la trazabilidad de ciertos flujos de dinero que hasta ahora pasaban bastante desapercibidos.
El foco está en controlar grandes volúmenes de gasto que podrían esconder actividades no declaradas, ingresos opacos o simplemente incongruencias fiscales. Es una manera de tener más control sin necesidad de inspecciones invasivas o requerimientos puntuales. Si ven algo que no cuadra entre tus movimientos y tus declaraciones, es cuando pueden empezar a hacer preguntas.
Cómo puede afectarte en tu día a día
La mayoría de la gente no se verá afectada. Si usas tu tarjeta para cosas del día a día —supermercado, gasolina, algún viaje, lo típico— es muy difícil que superes los 25 000 euros al año. Pero si eres autónomo, haces pagos grandes con frecuencia, o concentras muchos gastos en una sola tarjeta, es probable que entres en ese grupo. Y ahí es donde conviene llevar un control más ordenado de tus finanzas.
No se trata de preocuparse, sino de estar prevenido. Si todo lo que haces es legal y puedes justificarlo, no tendrás ningún problema. Pero si llevas años funcionando sin dejar rastro, esta nueva declaración puede ponerte en el radar. Y lo que está claro es que el cruce de datos entre bancos y Hacienda va a ser más frecuente, más automático y más detallado que nunca.