Tarjetas de crédito ideales para viajar: qué ventajas tener en cuenta antes de usarlas

Viajar puede ser una de las experiencias más enriquecedoras… hasta que llega la odisea de pagar con tarjeta y te meten comisiones sorpresa. Si quieres que tu tarjeta de crédito sea una aliada en el viaje y no un gasto extra, hay ciertos detalles que debes tener muy presentes. Vamos a ver juntos qué hace que una tarjeta destaque para viajar hoy.

Qué ventajas ofrece una buena tarjeta de crédito para viajar

Una tarjeta pensada para viajar puede marcar la diferencia, sobre todo si planeas moverte entre países o usar monedas distintas al euro.

Muchas ofrecen que no pagues comisiones por compras en divisas extranjeras, o que la comisión sea mínima, lo que evita que lo que creías que gastabas en destino se convierta en un sobresalto al llegar la factura. Si pagas con tarjeta normal de banco, el cambio podría no ser claro y además suelen añadir un porcentaje extra, lo que encarece lo que pagas.

Suelen incluir protecciones útiles: si la tarjeta ofrece seguro de viaje, garantía antifraude o asistencia al viajero, te da más tranquilidad: no dependes solo del hotel, del billete o del destino. Llevar efectivo tiene su riesgo y supone incómodos cambios o comisiones si lo haces en moneda local.

Tienen flexibilidad. Puedes planear gastos, agrupar pagos del viaje, o incluso diferir gastos grandes si tu tarjeta lo permite, sin necesidad de llevar demasiado efectivo encima o preocuparte por el tipo de cambio.

Finalmente, reducen los costes ocultos de viajar: con una buena tarjeta evitas comisiones abusivas en cajeros, cargos inesperados por cambio y, en general, manageas mejor tu dinero.

Qué tener en cuenta antes de usar tu tarjeta en un viaje

No todas las tarjetas que ofrecen “crédito” sirven igual para viajar. Hay que fijarse bien en unas cuantas condiciones antes de lanzarte.

La primera: que no cobre comisión por cambio de divisa ni por pagos fuera del euro. Esa característica cambia mucho el coste real de tu viaje. Tarjetas digitales modernas o diseñadas para viajeros suelen ofrecer eso.

Segunda: que permita retiradas o pagos internacionales sin comisiones elevadas. Si vas a sacar dinero en destino porque no todo acepta tarjeta, esto puede ser clave. Si la comisión es muy alta o hay recargo por uso, muchas veces compensa llevar una opción secundaria.

Tercera: que tenga seguro de viaje o asistencia incluida. No todos los bancos lo ofrecen, y en un viaje esto puede marcar la diferencia si surge un imprevisto.

Cuarta: que controles bien los pagos desde la app, sepas qué estás gastando y en qué moneda. Confundir moneda, o aceptar que el banco del cajero elija el cambio, puede salir caro.

Y quinta: que tu perfil encaje. Si viajas poco al año quizá no compensa una tarjeta con cuota alta, pero si viajas varias veces, un modelo con mantenimiento puede salir rentable por las ventajas que ofrece.

Para que tengas referencias reales, ahora mismo en España hay varias tarjetas que están funcionando muy bien para viajar. Una de las más valoradas es la Tarjeta Revolut, sobre todo porque permite pagar en el extranjero sin comisiones por cambio de divisa dentro de ciertos límites y ofrece una app muy completa para controlar tus gastos. También la Tarjeta N26 Crédito está siendo muy popular entre viajeros porque combina pagos internacionales sin sobrecostes y un seguro básico en algunos planes, lo que te puede venir bien si haces escapadas varias veces al año.

Otra opción interesante es la Tarjeta Visa You de CaixaBank, que destaca por su ausencia de comisión en compras en divisa y porque suele incluir un seguro de accidentes en viaje. Y si buscas una alternativa más tradicional, la Tarjeta Wizink Me funciona muy bien fuera de España por su flexibilidad en pagos y su coste reducido si la usas de forma responsable. En general todas estas tarjetas te permiten viajar con más tranquilidad, ahorrar en comisiones y tener cierto respaldo si surge algún imprevisto en el camino.