Si tu trabajo es remoto y tus ingresos vienen en dólares, libras u otra moneda extranjera, necesitas más que una tarjeta cualquiera: requieres una aliada que te permita mover ese dinero sin que te coman las comisiones. Hoy voy a contarte qué buscar, qué opciones interesantes hay en España ahora, y cómo elegir algo que no te genere dolores de cabeza.
Qué características debe tener tu tarjeta ideal
Para que una tarjeta te resulte realmente útil en ese escenario debes asegurarte de que cumpla estos criterios (y ojo, ninguno es accesorio):
- Cambios de divisa a tipo real o con márgenes muy bajos para que no pierdas dinero solo por convertir tu paga.
- Cero o bajas comisiones en pagos en moneda extranjera; si cada vez que pasas la tarjeta en otra divisa te cobran un 2-3 %, te están robando.
- Retiradas en cajeros sin comisiones o dentro de límites razonables; si tienes que pagar cada vez que sacas en moneda local, se hace muy caro.
- Multidivisa o cuenta que soporte varias monedas para que no tengas que cambiar todo a euros en cuanto te pagan y perder por el camino.
- Facilidad para abrirla desde España (o donde residas), soporte sólido y transparencia. No quieres sorpresas.
Si no los cumple, va a salir más cara de lo que imaginas.
Opciones interesantes hoy en día
No son muchas las tarjetas que lo hacen bien en esta situación, pero sí he encontrado algunas que destacan y que podrían servirte.
Una de ellas es Wise. Tiene una cuenta multidivisa que te permite recibir, guardar y gastar en decenas de divisas con su tarjeta, usando el tipo de cambio real casi siempre. No te vas a encontrar con márgenes ocultos.
Otra que suena fuerte es Revolut: ofrece cuentas que soportan múltiples divisas (hasta 36), con tarjeta que puedes usar en múltiples monedas sin pagar comisiones (dentro de ciertos límites).
También hay una alternativa directa y pensada justo para trabajadores remotos: la Deel Card. Si usas la plataforma de Deel, puedes gastar tus ingresos directamente con esa tarjeta, sin depender de transferencias bancarias tardías ni cargos SWIFT.
Cada una tiene sus peros: límites de retirada gratuitos, tarifas los fines de semana, o comisiones después de cierto saldo. Pero si eliges bien, la diferencia en lo que te queda “en mano” puede ser significativa.
Por ejemplo, si cobras en dólares y los pasas a euros con una tarjeta que tiene 3 % de comisión oculta, estás perdiendo decenas de euros al mes. En cambio, con una buena tarjeta multidivisa, esos euros se quedan para ti.
Un truco que uso yo: combina una tarjeta multidivisa con una local (en euros) para gastos dentro de España. Así, los pagos dentro del país los sigues haciendo “a lo tradicional”, y los pagos internacionales los ejecutas con la tarjeta que mejor me venga ese día.
Otro consejo: cuando uses tu tarjeta en moneda extranjera, si el terminal te da opción de pagar en euros o en la moneda local, elige siempre la moneda local. Si aceptas que conviertan ellos, casi siempre te van a aplicar un tipo peor.
También revisa cada cierto tiempo los límites de retiradas gratuitas. Puede que al principio estés cómodo, pero si cambian las condiciones, te puedes encontrar con comisiones inesperadas.
Y no te olvides: guarda siempre una segunda tarjeta (de respaldo), por si una falla, se bloquea o simplemente algo va mal. Bueno, esto sirve en general, pero más aún cuando dependes del plástico para tu vida financiera remota.
Trabajar en remoto y cobrar en otra divisa es una doble frontera: una laboral, otra financiera. La tarjeta adecuada puede hacer que esa frontera sea casi invisible. Es una pequeña decisión que puede tener gran impacto en lo que terminas ingresando al final del mes.
