Tarjeta Punto Oro de Banco Popular

Dentro de las diferentes opciones de tarjetas de crédito o débito que las entidades financieras nos vienen a ofrecer obviamente en unos tiempos tan complejos como los actuales cobran mucha importancia aquellas tarjetas destinadas a la compra y que, a raíz de dicho uso, aportan determinadas ventajas o bien en el modelo de pago presentado o bien en forma de descuentos u otro tipo de beneficios, cuando no en la combinación de ambas cuestiones.

La Tarjeta Punto Oro de Banco Popular es una interesante propuesta de esta entidad destinará a la financiación de compras y que tanto el modelo de pago como los beneficios que puede aportar presenta una utilidad como decimos interesante.

Tarjeta Punto Oro de Banco Popular¿Qué tarjeta elegir para tus compras en internet? en este post resolvemos tus dudas

Tarjeta Punto Oro de Banco Popular

  • Pago aplazado
  • Sin intereses hasta 6 meses de aplazamiento
  • Seguro de accidentes
  • Coste de 7 euros de emisión más siete euros de mantenimiento anuales

Nos encontramos ante un producto que nos va a permitir realizar compras y diferir los pagos hasta en seis meses, sin carga de intereses, en más de 50.000 establecimientos adheridos a la tarjeta.

Obviamente la posibilidad de los plazos de amortización no se limita a los seis meses, pero sí son los meses en los que se podrá realizar las devoluciones sin carga de intereses, a partir de ahí el producto nos permite financiar las compras hasta 36 meses, donde obviamente ya existe una carga de intereses determinada.

Esta tarjeta por presentar una comisión de siete euros por emisión y siete euros anuales en concepto de mantenimiento a la par que nos propone como elemento complementario seguro de accidentes de 180.000 €.

Como vemos se trata de un producto claramente orientado a la compra y que en el caso de una financiación dentro del plazo establecido como período de amortización sin comisiones puede considerarse realmente atractivo, máxime en un momento en el que, lógicamente los usuarios miramos al máximo costes de nuestros productos financieros, costes en los que desde luego debemos incluir no sólo las comisiones sino también los intereses de los productos financieros máxime cuando se trata de elementos de uso cotidiano como las tarjetas de débito o crédito.

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